martes, 21 de abril de 2009
Humano, demasiado humano
¿alguna vez han pensado en las cosas que realmente nos hace iguales?:
Les ha pasado que no saben que hora es, consultan el reloj, vuelven a lo suyo y a los diez segundos siguen sin saber qué hora es.
O que es jueves pero ustedes creen que es viernes. Y luego tus compañeros te dicen que es jueves y sigues actuando como si fuera viernes.
Pasa que estas buscando algo que sabes esta en tal habitación, y cuando entras en ella te olvidas a que fuiste.
Alguna vez has ido por la calle pensando en un diálogo interno, y de pronto comienzas a hablar solo. Y comienzas a fingir que vas tarareando una canción esperando que todo el mundo se lo crea.
Cuando viajas en un autobús y otro autobús se estaciona junto al tuyo, miras por la ventanilla cuando uno comienza a moverse y no sabes cual de los dos se está moviendo.
Luego de una fuerte lluvia, te detienes a cruzar una calle, miras hacia abajo donde corre el agua, y sientes que vas en una lancha.
Y que pasa cuando vas a nadar todo el día a la alberca pública, ¡no se puede nadar porque está llena! Así que te quedas allí parado dentro de la alberca sintiendo al agua mecer todos tus órganos internos. Luego regresas a tu casa, te recuestas, cierras los ojos ¡y aún sientes al agua mover tus órganos internos!
Has levantado una mochila o bolsa que creías era pesada, y resulta que estaba vacía.
Dile a alguien que tiene algo en la cara y siempre se limpia del lado contrario.
Algún amigo tuyo va a escribir su contraseña de e-mail junto a ti, y haces todo lo posible para que él se de cuenta de que no lo espías. Te tapas los ojos sin ninguna discreción, miras exageradamente hacia el techo, o hacia tu espalda tratando de que parezca una casualidad.
Te ha pasado que creías había un escalón más hacia arriba, y terminas dando un paso de caballo. ¿Cómo te sientes? ¿Y cuando creías que había un escalón hacia abajo?
Cruzas la avenida y el semáforo cambia, haces como que corres pero solo das un paso corriendo y ¡sigues caminando exactamente igual de lento!
Muerden un chile que prácticamente les deshace la lengua, y cuando se les pasa lo enchilado ¿Qué hacen? ¡lo vuelven a morder! ¿Son idiotas?
Se han quedado dormidos por la tarde, y cuando despiertan esta oscureciendo y entonces... ¡no saben que puto día es!
Esas pequeñas cosas, esos momentos insignificantes a los que no ponemos atención. Eso es lo que nos hace iguales: el hacer algo absurdo, sentirse como idiota, pero igualmente quedar sorprendido; es como estar enamorado.
---historia sacada del metro de mi hermano---
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