La sensacional canción de "Como un fan" dedicada aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa....... (sonidito de tambores...)
Bueno, la persona a quien se la dedico sabrá que le va, por lo que la letra dice...
Y aquí la letra para los que no la conocen:
Hola!!!!!!!!!!!!! Pues después de un par de días de no escribir nada aquí estoy de nuevo :) no había entrado porque había estado muy ocupada y además porque SOY TÍA OTRA VEZ!!
Ja ja ja mi hermano menor (de 23 años) ya se volvió papá de un pequeñito al que pretenden llamar Rafael no sé porqué pero bueno, él es el primer bebé varón de la familia ya que tenemos a dos niñitas (Leslie de 7 y Michelle de 1) y en camino viene otra niña. Mis padres están super contentos, mi hermano ni se diga!!! Y yo ya quiero un bebé que salga de mi… YAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!.. pero no se puede :( aún no…
Comencé de niñera otra vez desde ayer y estaré hasta el jueves, en la canción de la semana (del slide) dejé la canción favorita de mis niñas, ellas son ochenteras ja ja espero les guste (deséenme suerte para soportar el doble trabajo)
El sábado a zona cero fue un hippie muy buena onda; ja ja bueno no era un hippie pero parecía, es un misionero, fue para contar de sus experiencias con las tribus a las que ha andado y para apoyar a todos los que se van al viaje de Guadalajara, yo quisiera ir pero por el trabajo no puedo =( pero quizá algo pase y termine yendo =) muchas cosas pueden suceder
El domingo pasó algo muy bueno conmigo en la iglesia (GRACIAS DIOS!!!) y por cierto! al fin vi que tienen en las ventas la biblia g3 para jovenes (en su diseño para mujeres, abajo la foto) que yo quería desde que la vi en internet. Ya abrí la alcancía porque mi propósito del mes es juntar para poder regalármela (es que está bien chida!!)
aaaaaaaaaahh!!! Y les cuento que he pensado en un nuevo proyectito, quiero hacer algo así como un club para jóvenes que somos bebés en esto de conocer a Dios, aún no sé cómo empezarlo pero quiero conseguir a alguien que nos guie y hacer como reunioncitas de scouts, algo que sea muy divertido y loco, no sé!!! Pero tengo muchas ganas de empezar algo padre, ya hasta tengo pensado llamarle “salvation club” o algo así, se me ocurrió por el video de “poema de salvación” de Coalo, no sé cuando comience el proyecto ni cómo pero espero se haga algo grande y muy padre (ya se enterarán por acá)
Bueno, ya por último les dejo el resumen de lo escrito para esta semana:
Te acuerdas de los Moomins?!?!? una caricatura basada en libros, yo la veía cuando era una niñita muy niñita
En saltillo al fin tomé una foto del centro cultural universitario, que hace días les hablé de él
Mi mexicana de la que les hablo hoy es Lolita Alaya, una mujer que está solo por ayudar. link aquí
la canción que me acompaña en la combi es de café tacvba… y es sobre el amor, porque el amor de los humanos si parece tener fecha de caducidad… no lo quiero aceptar pero todo indica que así es buaaa buaaa…
la historia del parabus la saqué de la revista semanario que acompaña al periódico vanguardia y es la historia de cómo gracias a un reportaje que la revista hizo hace casi dos años sobre los vagabundos de Torreón, Coahuila, una familia de Dallas pudo encontrar a su hermano perdido. Está fantástica!!! Clickea acá
En la biblioteca un libro que me acaban de recomendar pero que aún no leo, de hecho cuando abrí la biblioteca esperaba no escribir sobre ningún libro que no hubiera leído antes pero este me lo recomendaron y me dije “no puedo ser envidiosa, otras persona tienen que leerlo!!” y aquí está para ustedes
Sale es todo y si algo pasa ya lo estaré escribiendo. Gracias a los que entran y me leen!!!!
Es esquizofrénico y se perdió en Dallas, Texas, en septiembre de 2007. Desde entonces su familia lo ha estado buscando. Sólo Dios sabe cómo llegó a la Plazuela Juárez de Torreón, donde se instaló como indigente. Gracias a una publicación de Semanario, su familia supo de él. Esta es la historia del reencuentro.
Por: Francisco Rodríguez- ¿Qué siente porque ya lo va a ver?, pregunto a Mireya, quien se encuentra en el asiento trasero del coche con los cabellos rebelándose por el viento que entra.
- Mucha emoción, porque pensábamos que no lo íbamos a encontrar.
- ¿Qué sintieron cuando les dijeron que estaba aquí?
- Primero mucha incertidumbre, luego leímos la noticia y nos dio gusto. Todavía pensamos si es o no.
- ¿En todo este tiempo alguna vez dejaron de buscar a su hermano?
- No, mis hermanos en Dallas siempre lo buscaron y acá nosotros preguntábamos, pero ya ni lo esperábamos.
“Él está enfermo. Tiene esquizofrenia y un día se salió de la casa; él comentaba que se iba a ir pero mis hermanos allá no le tomaban en cuenta, pero un día se fue y desde ese momento lo empezaron a buscar, en hospitales. Y los adivinos nos decían que estaba de aquel lado. Lo buscamos por muchos medios”, cuenta Mireya.
De hecho la familia solía ir con adivinos, con lectores de cartas, “barrenderos”, “lectores de huevos” y hasta con aquellos que “leen” la energía. Todos les decían que estaba vivo pero que estaba del otro lado, en Estados Unidos; algunos les decían que estaba acompañado. Cada que aparecía un nuevo adivino, la madre de Ramón acudía. Bueno o malo, eso los mantenía con las esperanzas intactas.
El último adivino con el que fueron, hace alrededor de dos meses, les dijo que en poco tiempo tendrían noticias de Ramón. Pero nada como los sueños de César: “Yo lo soñaba muy seguido, que estaba cerca, no lo soñaba a él, lo soñaba cerca; que estaba cerca de Zacatecas, no que estaba en Estados Unidos”, me comparte César, quien va en el asiento del copiloto y usa un sombrero blanco.
César vivía en Minnesota, Estados Unidos, pero cuando se enteró que su hermano Ramón estaba perdido se mudó a Dallas. Abandonó su trabajo e inició su búsqueda: “Lo estuve buscando por los puentes y nada. Me decían que podía estar en las fronteras. Estaba reportado en hospitales, en todos lados. Pensé que podía estar en la Ciudad de México porque estudió ahí pero desde el temblor (de 1985) no volvió”, expondría más tarde. Su búsqueda duró dos meses hasta que decidió regresar a Zacatecas. Desde ahí hacía lo que podía.
Casi dos años después, el sueño de César parecía culminar. Sonó el teléfono y era su familia en Dallas. Parecía que Ramón estaba en Torreón, Coahuila, a cinco horas del poblado donde en ese preciso momento de la llamada, convivían hermanos y madre.
“Nunca pierde uno la esperanza, es alguien que uno aprecia y por eso nunca muere la esperanza. Todo el trayecto decíamos que no era, pensamos que quizá no es. Pero no puede ser otro más que él”, menciona César con un grado de nerviosismo y esperanza, como si esos sentimientos se pelearan entre ellos.
- ¿Cómo se imagina a su hermano?, pregunto a César.
- Bien flaco y luego de por sí siempre andaba con la barba bien larga, barbón.
Y el coche por fin llegó...
La hermana Anel es quien maneja el Nissan blanco. Habla poco y mantiene la mirada al
- ¿Usted qué piensa de todo esto?, pregunto a Anel.
- Jamás perdí la esperanza, pero todavía tenemos dudas -platica con una voz temblorosa.
- ¿Tiene miedo?
- Sí.
- ¿A qué?
- A que no sea.
El coche está a escasos metros de la Plazuela Juárez. Un silencio funerario inunda al carro cuando les aviso que faltan escasas cuadras. Ahí está la presidencia, atrás está la plaza que hospedó a Ramón durante casi dos años. El sonido de la direccional izquierda parece retumbar en el ambiente. “Esa es la plaza”, les comento a los hermanos. “¿Dónde me estaciono?”, pregunta Anel, cuando por lo menos hay una decena de espacios donde estacionarse. Se aparca. Bajan del coche pacientemente, sin prisa, como si prepararan un escudo que les protegiera de una posible desilusión. Anel toma la delantera, atrás queda Mireya y a un lado César, resguardando con las manos encadenadas a los bolsillos.
¿“Dónde está?”, pregunta como si no quisiera preguntar Mireya. En eso, a menos de 20 metros, está Ramón, sentado, con una caja de cerillos. Un año y nueves meses después: “¡Ramón!”, suelta Anel y corre hacia él ya con un llanto. Atrás le siguen Mireya y César. Anel abraza a Ramón, su hermano. Ramón no suelta la caja de cerillos, la abraza con un brazo. No hay mucha expresión de su parte, sólo sus ojos se agrandan un poco. Sonríe tibiamente. Ahí está él, con los cabellos peinados hacia atrás, mojados. Se le unen Mireya y César, éste último parece que aún no lo cree. Lo abraza y le da una palmada en el brazo. Amarra las lágrimas, únicamente permite que se asomen.
“¿Y te acordarás de nosotros”?, le pregunta Mireya a Ramón; “Sí, cómo no”, asegura Ramón. No hay palabras. No hay discursos ni lamentos. Sólo lo abrazan y lo miran. Boleros y cuida coches del lugar, los amigos de Ramón desde que tomó la plaza como su casa, se acercan. Saben que es su familia que vino por él. Que lo encontraron.
Entonces se enteran que su amigo, ‘el Hombre lobo’, es Ramón Torres y que tiene 42 años. Que desde los 25 años se le detectó esquizofrenia y que en un año y nueve meses no ha tomados sus medicamentos. Que el padre también padecía problemas mentales. Que Ramón es un fumador empedernido, porque según su hermano César, agarró más el vicio por una desilusión amorosa. Y la familia se entera, por ellos, que Ramón siempre se portó bien. Que fue pacífico en todo éste tiempo. Que se dormía en una banca de la plaza y que pese a que en un local cercano le daban de comer, cada día bajaba de peso.
“Lo veo flaco pero igual que siempre, pensé que estaría más loco. Ya me lo creo, él de todas maneras es así, muy serio, casi no habla”, asegura Mireya.
Suena el celular de Mireya. Son sus otros hermanos. “Ya estamos con Ramón… está un poco flaco, como cualquier vagabundo”, les informa con la voz entrecortada.
- ¿Vas a extrañar aquí?, pregunto a Ramón.
- Sí, un poco. Dice mientras juguetea con una esclava que trae entre sus manos.
Mireya da las gracias a boleros y cuida coches; no le quita la mirada a su hermano Ramón. Anel fue a comprar bebidas para el
Hay pocas palabras. Mireya le pregunta a Ramón cómo llegó a Torreón. Ramón sólo dice que llegó. Nadie sabe. Tampoco importa ya.
“Ya nos vamos”, comenta Mireya. Pero nadie toma la iniciativa de dirigirse al coche. Se acerca un bolero, amigo de Ramón, quien le surtía de cigarrillos: “Pariente, un cigarro”, le pidió Ramón durante más de un año. El bolero saca la cajetilla y le regala un cigarrillo más, el último: “Se cuida por allá, eh”, alcanza a decirle. Ramón dice adiós con la mano y el bolero se va.
Mireya, Anel, César y Ramón empiezan a caminar rumbo al coche. Anel lo toma del brazo. Ramón apaga el cigarrillo y sube al
Después, en una esquina, los boleros y cuida coches platican de la forma de vivir de Ramón. Nada especial, un indigente más para ellos. Al preguntarles si lo van a extrañar, contestan: “Sí, pero no va a durar allá, va a regresar”.
Ramón y sus hermanos llegaron a su tierra pasada la media noche. Ramón se bañó y optó por rasurarse la barba. Su familia lo esperaba con un banquete pero él únicamente quería frijoles y huevito. Durmió hasta tarde. Al día siguiente lo raparon. Lo llevaron con el doctor y les dijeron que estaba bien, que sólo tenía problemas de peso. Fueron a Río Grande, Zacatecas a comprarle ropa. Ramón se quiere bañar a cada rato. Minutos antes del cierre de esta edición la familia envió la foto del nuevo Ramón.
Los mumins también aparecen en forma de tira cómica: su primera aparición fue en el Evening News de Londres en 1954. Tove Jansson dibujó y escribió los cómics hasta que perdiera su inspiración en 1959. Posteriormente, su hermano Lars Jansson pudo duplicar las formas de los personajes con bastante exactitud y retomó el trabajo de 1961 a 1975, cuando se publicó la última tira cómica. Las viñetas se escribían en inglés y luego se traducían a otros idiomas.
Con el tiempo, los mumins tuvieron su propia serie de dibujos animados que fue tomada por diferentes compañías. La más reciente es la colaboración Europeo-Japonesa que también produjo películas de larga duración. En España la serie fue emitida regularmente en la 2 de TVE en la década de los 90. Mientras en México fue emitida por el Canal Once.
A mi me gustaba mucho la canción, mi personaje favorito era Alicia, la niña bruja que vivía en el bosque. Por mi casa vive una niña (ahora ya chava, de mi edad aprox) que estaba CALCADA a la pequeñita (la niña peliroja) pero CALCADA!!! me causaba mucha gracia cada vez que la miraba jajajajajaja
Lolita Ayala es una mujer que nació con un don especial: la generosidad. Un valor que se gasta con las palabras, pero que muy pocos desgastan con los hechos.
Los terremotos de 1985 tocaron sus fibras más sensibles. Uniendo voluntades y sumando recursos dio vida a Sólo por Ayudar.
En el año 2002 unió esfuerzos con Lupita Alejandre, fundadora de AMANC, (Asociación Mexicana de Ayuda a Niños con Cáncer, I.A.P.) para crear AMANC-Sólo por Ayudar.
En este 2005 el Comité de la Excelencia Universal creado por el Premio Nóbel de la Paz, René Cassin, e integrado por Miguel Alemán, Pedro Domecq, Juan Sánchez Navarro, Mario Moya Palencia, Antonio Ariza y Jean Berthelot decidió por unanimidad otorgarle este reconocimiento a nivel mundial.
Es un ser humano capaz de regalar su energía a una causa noble; una profesional de la comunicación con más de 31 años trabajando para los noticieros de Televisa. Sin haber estudiado periodismo, es la mujer que más tiempo ha permanecido en este medio. Mujer de retos que promueve sin descanso el beneficio colectivo. Procura dar voz a los desprotegidos, pondera los derechos de las mujeres y los niños, impulsa la cultura de la participación y del compromiso compartido.
Iba en bicicleta, por un lugar que no conozco. En un semáforo un señor se acercó a mí y me preguntó “¿Tú desde cuando dejaste de proteger tu casa?” hice un gesto, pues no entendía de qué me hablaba, pensé que me seguiría diciendo más cosas, que estaba haciendo una colecta, pero en lugar de eso solo me pegó en el pecho una estampa parecida a una placa de policía que decía “Protege tu casa” y se marchó.
Continué el camino a casa, todo fue muy extraño porque en el transcurso no hubo más gente, ni carros, nada. Cuando llegué a casa tampoco había nadie; todo estaba ordenado, las luces estaban encendidas, pero no había nadie.
Salí a la calle para buscar a mi familia con mi tía, quien vive al lado de mi casa, pero no pude… la casa de al lado había desaparecido... también la del lado siguiente, y la de enfrente, y en lugar de las casas había muchas zanjas, y maquinaria de excavación que también estaban solas
Me sentía rara, estaba completamente sola, sin entender que pasaba y lo único que sentía era “algo raro”… eso me daba miedo. Caminé sin rumbo, solo preguntándome por qué no sentía algo más que “solo rara” y sin darme cuenta llegué hasta la casa hogar; allí vi un montón de niños jugando, los niños no tenían rostro y se movían como en “cámara lenta”. Miré alrededor, era un lugar que conocía pero todo era diferente ahora; frente a la casa hogar, donde antes había una plaza había ahora una casa y fuera de esa casa estaban una chava y una señora; la chava se calló de repente y la señora corrió, no vi a donde se fue, no había luminarias en la calle así que solo se veía lo que la luna permitía. Me acerqué, sin decir nada, la chica estaba embarazada y a punto de tener a su bebé, lloraba y se quejaba. Yo no decía nada, no tenía caso, sabía que ella no podría escucharme y que ni siquiera me veía (no sé como sabía eso, pero lo sabía). El bebé de esa chica nació muerto; ella lloró, grito, pero nada de eso servía, el bebé estaba muerto y eso no iba a cambiar; como pudo se levantó y apoyándose en las paredes, tambaleando, se marchó…
Yo cargué al bebé, ella lo dejó en el suelo, los niños de la casa hogar, los de antes, habían dejado de jugar y me miraban (bueno, sus cabezas se dirigían a mí, sus cabezas sin rostros…) pero yo empecé a escuchar unas voces que parecían venir de ellos y me decían que me fuera y protegiera mi casa. Miré al bebé, de pronto dejó de parecer humano, no digo que se convirtiera en un animal o un extraterrestre, nada de eso, simplemente que no parecía humano así… azul, muerto… Lo dejé y corrí a casa.
Tardé mucho en llegar pero todo seguía igual, estaba sola y me sentía a cada segundo más sola. Fui a mi cama, pegué en la puerta la calcomanía de placa que me dieron antes y dormí. Cuando desperté ya no estaba en mi habitación, estaba en ese cuarto de luz que sueño a veces, eso cuarto siempre al final de la mayoría de mis sueños a donde siempre llega alguien que me dice algo que hasta el momento no había entendido del sueño que tuve y al final despierto; así que esperé a que pasara, a que llegara esa persona a explicarme mi “lección” y así poder despertar, yo ya quería despertar. Eso no pasó.
Salí de mi cuarto de luz porque me cansé de esperar y descubrí que no estaba en mi casa, estaba en la casa hogar; me senté en el suelo, sin pensar nada y sin sentir nada, esperando a que alguien pasara y me dijera algo para despertarme ya, pero no pasaba nadie.
Empecé a pensar en lo que podría significar la estampa de “Protege tu casa” y creí en que significaba que cuidara mi cuerpo, porque era como que lo estaba perdiendo; porque todo parecía normal solo que nadie me veía, la chava de la noche anterior no me veía y yo lo sabía, y quizá los niños que vi jugando estaban muertos y por eso nadie los veía tampoco pero ellos si me veían a mí… y quizá yo estaba muerta como ellos.
Fui a la casa de enfrente, el bebé seguía en el suelo. Lo cargué, y me senté en el suelo. Yo no sentía nada, no tenía miedo, no estaba triste, no estaba desesperada; no entendía nada, quería que mi cuerpo reaccionara de una manera normal pero no, no me pasaba nada.
Finalmente llegó un tipo al que no pude verle el rostro -¿Esto ya te había pasado?- me preguntó
-Si- respondí
-¿Qué pasó después?-
-Nada, se me había olvidado, es como si nunca me hubiera pasado-
-Es así como va a suceder- sonrió
De pronto alguien gritó de la casa hogar y yo desperté